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La sociedad debe saber cómo actuar ante la caída de un asteroide

«La sociedad no sabe cómo debe actuar ni qué posibles peligros el choque de un asteroide con la Tierra. Nuestra misión es explicárselo mejor, sobre todo después del que cayó el pasado 15 de febrero en la zona rusa de los Urales». Lo explica Juan Luis Cano, ingeniero aeronáutico y fundador de Deimos Space, una de las empresas espaciales punteras de nuestro país. En su sede madrileña se han congregado los científicos más relevantes que investigan «Los efectos y las medidas para aplacar asteroides». Así han titulado las jornadas de trabajo en las que se han expuesto tanto el conocimiento actual que tenemos de los NEO (Objetos Próximos a la Tierra), como las multiples opciones que se manejan para evitar que colisionen con nuestro planeta. Y es que, como afirman los expertos, no sabemos cómo debemos reaccionar si esta situación se da. «Este tipo de colisiones se dan cada 500-1.000 años, por eso es muy difícil que lo veamos. Pero si ocurre, lo último que debemos hacer es observarlo por la ventana. Si cayera, los cristales de la ventana serían lo primero en romperse», sostiene Cano.

De los más de 600.000 asteroides de los que se tiene constancia en nuestro Sistema Solar, unos 10.000 están catalogados como NEO, es decir, sus órbitas pasarán cerca de la de nuestro planeta. Cuando un objeto desconocido de unos 17-20 metros de diámetro explotó en el cielo sobre Chelyabinsk, Rusia, liberó una energía equivalente a 20-30 veces la de la bomba atómica de Hiroshima. Sólo la onda expansiva de la explosión causó cientos de heridos y daños generalizados. Fue el mayor objeto natural en entrar en la atmósfera terrestre desde el que en 1908 destruyó un área forestal en Tunguska (Siberia), como sugiere la ESA. Aunque el grupo de trabajo que se ha reunido en madrid ya tenía fijada esta fecha, lo cierto es que ahora, más que nunca tiene una gran relevancia. «La Agencia Espacial Europea necesita saber lo que debemos hacer, cómo debemos planificarnos si un hecho como el ruso ocurre en los próximos años. Este es sólo un punto de partida pero del que saldrán proyectos que se incorporarán en las próximas campañas de la agencia», indica el fundador de Deimos. «Es importante que seamos conscientes de la posición de los NEO con relación a la de nuestro planeta, y que evaluemos la probabilidad de impacto y sus posibles consecuencias», afirmó ayer Detlef Koschny, Responsable de las actividades relacionadas con los NEO en la Oficina del Programa de la ESA para el Conocimiento del Medio Espacial (SSA, en sus siglas en inglés)

En la primera jornada se analizaron los conocimientos que la comunidad científica tiene de estos objetos que pueden amenazar nuestro planeta. Tanto sus características morfológicas como su envergadura. «La población de asteroides que supera el kilómetro de amplitud la tenemos controlada al 90 por ciento.Pero los que son más pequeños, son más cuantiosos, y sólo tenemos localizados entre el 1 y el 2 por ciento». Es cierto que es muy difícil que uno de estos asteroides caiga sobre una urbe, pero si lo hace «la destruiría», afirma el ingeniero. En lo que se refiere a los métodos para contrarrestar el choque de estos objetos, a lo largo de la segunda jornada se plantearon numerosas opciones. Muchas de ellas son utópicas, otras están en proceso de estudio y algunas, «si hubiera dinero», podrían lanzarse en cinco años. Y es que, mientras NASA se centra en el estudio de asteroides sin adentrarse en cómo destruirlos o desviarlos, rusos y europeos van más allá. Y, «a pesar de las incertidumbres sobre los materiales que componen los asteroides» podrían lanzarse misiones de prueba muy pronto.

Como han sugerido los experto, hay dos alternativas: destruir el asteroide o desviarlo. La opción primera se suele descartar si no se conoce el resultado. Es decir, el número de trozos que puede dejar. para desviarlo, es necesario conocer bien cómo y cuanto hay que «empujarlo», sugiere la ESA. Y es que uno de los pioneros en esta opción es un proyecto español. De nombre Don Quijote. Es el niño mimado de José Luis Cano. Su misión es muy sencilla. Cuenta con dos naves: Hidalgo y Sancho y su «target» sería un asteroide pequeño, de medio kilómetro de diámetro. Sancho se encontrará con el asteroide unos meses antes que Hidalgo; lo medirá y posiblemente clavará en él sismómetros que den datos sobre su estructura interna. Una vez recopilados estos datos Hidalgo se lanzará como un «kamikaze» contra el asteroide, a una velocidad relativa de al menos 10 kilómetros por segundo. Así conseguiría cambiar su órbita y abandonar la idea de que una misión tripulada tenga que acercarse al asteroide. eso se lo dejamos a Bruce Willis y su «Armaggedon».

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