INDUSTRIA AERONÁUTICA

Un poco más cerca de volar de Londres a Nueva York en tres horas

El avión supersónico X-59, el primer aparato X pilotado a gran escala (avión experimental) de la NASA (Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio)de los Estados Unidos en más de tres décadas, ha sido autorizado para el ensamblaje final, con lo que el regreso de los vuelos supersónicos de pasajeros está un paso más cerca de la realidad. El prototipo diseñado por Lockheed Martin podría tomar su primer vuelo tan pronto como 2021.Volaría a una velocidad de más de 1.500 kmph. El X-59 está diseñado para reducir el volumen del boom sónico que llega al suelo, dijo la NASA.

La autorización para el ensamblaje del prototipo actualmente en desarrollo y la integración de sus sistemas, luego de una importante revisión del proyecto realizada por altos ejecutivos, fue emitida esta semana en la sede de la NASA en Washington.

La revisión administrativa, conocida como Key Decision Point-D (KDP-D), fue el último obstáculo programático superado por el avión X-59 Quiet SuperSonic Technology (QueSST) antes de que los funcionarios se reúnan nuevamente a finales de 2020 para aprobar el primer vuelo en 2021.

El ‘hijo’ silencioso del Concorde
Los fabricantes de aviones civiles apuntan a la próxima década para el relanzamiento de los vuelos supersónicos. Ningún avión comercial de este tipo ha estado en funcionamiento desde que Air France y British Airways dejaran sus Concorde en 2003. Se prohibió al Concorde volar a través del continente, y la ley actual de los EEUU prohíbe el vuelo civil supersónico terrestre debido a problemas de ruido. Precisamente, el impacto sónico y el consumo de combustible son los principales desafíos de los vuelos supersónicos.

En esta nueva etapa de la carrera de los vuelos supersónicos comerciales que recortarían radicalmente la duración de las rutas actuales, el reto es reducir el desagradable y perturbador impacto sonoro que producen los aviones que vuelan por encima de la velocidad del sonido al romper, precisamente, la barrera del sonido, y en sus despegues y aterrizajes, así como lograr una mayor eficiencia del consumo de combustible. Esta última es un reto difícil en un avión tan veloz, dado que consume más a medida que aumenta la resistencia a velocidades supersónicas.

El X-59 está diseñado para reducir el volumen de un sonido sónico que llega al suelo al de un golpe suave, si es que se escucha, según NASA. Se volará por encima de comunidades selectas de EEUU para generar datos de sensores y personas en el terreno, a fin de medir la percepción pública. Esos datos ayudarán a los reguladores a establecer nuevas reglas para permitir el transporte aéreo supersónico comercial por tierra…

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