La crisis política en Turquía y los atentados de junio parecen haber pegado fuerte en la aerolínea, que informó pérdidas por 573 millones de euros en el primer semestre, y una notable reducción de pasajeros viajando a Estambul o conectando con otros destinos. De acuerdo a cifras brindadas por el organismo oficial de estadísticas de ese país, el ingreso de extranjeros durante los primeros seis meses del 2016 cayó un 41%, de 4.123.109 arribos de enero a junio de 2015 a 2.438.293 en el mismo período de este año.
En ese contexto, la compañía llevó a cabo una larga serie de reducciones en todo el mundo, que incluyen las disminución de siete a cinco las frecuencias semanales que operan desde y hacia Buenos Aires, vía San Pablo, con B777, a partir del 30 de octubre. Otros destinos que verán disminuidas la cantidad de vuelos de Turkish Airlines son Boston, Houston, Islamabad, Miami, Osaka, Johannesburgo, Seúl, Tokio, Washington Dulles, entre otros.