El contexto macroeconómico de la región ha sido más desafiante en 2018. ¿Cuál es la perspectiva de LATAM?
Este año ha sido desafiante para la industria dado los altos precios mundiales del combustible. Adicionalmente, las aerolíneas de la región han debido enfrentar la devaluación significativa de las monedas locales en Argentina y en Brasil, afectando especialmente la demanda por vuelos internacionales. Si bien hemos visto una estabilización incipiente, es demasiado pronto para especular sobre las tendencias de las monedas a largo plazo.
A pesar de este contexto, LATAM se encuentra en una posición sólida gracias a la transformación realizada los últimos años, la que nos ha permitido adaptarnos a escenarios cambiantes y continuar desarrollando nuestra red de destinos.
La experiencia digital es cada vez más importante para la industria de la aviación ¿Cuáles son los avances de LATAM en esta materia?
La tecnología es fundamental para mejorar la experiencia de viaje de nuestros pasajeros y en LATAM estamos trabajando fuertemente en su desarrollo. Sabemos que nuestros pasajeros quieren un servicio más simple y digital, desde el proceso de compra hasta el desembarque en destino. Hoy es posible gestionar la totalidad de tu viaje en LATAM por medio de nuestra aplicación móvil, incluyendo la compra el pasaje, selección de asiento, elección de piezas de equipaje, realizar el check- in, cambiar el itinerario y acceder a una herramienta de realidad aumentada que mide el equipaje de mano de manera virtual.
Además, seguimos trabajando en nuevos desarrollos para facilitar la experiencia de viaje, como por ejemplo poder ofrecer a nuestros pasajeros el seguimiento en línea de las maletas. Y con la llegada del servicio de Wi-Fi a bordo de nuestros vuelos domésticos en Brasil, y luego en todas nuestras operaciones domésticas, también nuestros
pasajeros podrán estar conectados durante todo su viaje.
La experiencia en los aeropuertos también debería ir simplificándose gracias a la tecnología. Por ejemplo, contamos con más de mil kioskos de auto atención alrededor del mundo, que permiten a nuestros pasajeros realizar los procesos de check-in, sin necesidad de realizar largas esperas. En esta misma línea, fuimos los primeros en Suramérica en implementar biometría por reconocimiento facial para los procesos de embarque gracias a una iniciativa liderada por el Aeropuerto de Montevideo, y estamos impulsando el desarrollo de este sistema en los aeropuertos de la región.
La infraestructura aeroportuaria es uno de los grandes desafíos para la aviación latinoamericana. ¿Cuál es su opinión al respecto?
Latinoamérica es una región donde la industria aérea tiene un gran potencial de desarrollo, pero con barreras que ponen en riesgo este crecimiento, entre ellas las limitaciones que todavía persisten en infraestructura aeroportuaria, de tecnología y modernización de procedimientos.
La inversión en infraestructura aeroportuaria ha sido más lenta que el crecimiento de la industria y hoy vemos que la mayoría de los aeropuertos de Latinoamérica operan al borde de su capacidad, sin una clara visión a largo plazo que vaya acorde a las proyecciones de crecimiento. Por otro lado, la mayoría de los aeropuertos de la región
todavía tienen limitaciones para satisfacer las necesidades de los pasajeros en cuanto a servicios y avances tecnológicos. Los modelos de concesiones de aeropuertos son inflexibles y no privilegian la experiencia de viaje de los pasajeros. Además, en vez de funcionar como centros de conexión con el resto de los sistemas de transporte de
la ciudad, en Latinoamérica el traslado desde y hacia los aeropuertos es caro e ineficiente.
La aviación comercial tiene un impacto positivo directo en las economías de los países. Es por ello que no se debe mirar a esta industria de manera aislada, ni con el incentivo perverso de aumentar la recaudación del Estado. Al contrario, debe ser una prioridad, donde exista un esfuerzo conjunto de las aerolíneas, aeropuertos, autoridades, y demás actores de la industria para seguir incentivando la demanda de los pasajeros y así continuar estimulando el progreso de la región.
LATAM fue nombrada en la categoría “Mundial” del Índice de Sostenibilidad de Dow Jones por quinto año consecutivo. ¿Cuán importante es la sostenibilidad para la aviación en Latinoamérica?
Es fundamental, y nuestra industria debe ser una de las más conscientes de los impactos que genera y una de las pocas que tiene metas ambiciosas y definidas en el plan CORSIA. La acción por el cambio climático es la palanca primordial de nuestra estrategia de sostenibilidad en LATAM. Hoy, tenemos más de 25 iniciativas que apuntan a reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero, incluyendo la renovación continua de nuestra flota por aviones de última generación. Asimismo, avanzamos en planes de reducción de estas emisiones en tierra con el objetivo tener una operación terrestre cero emisiones al 2020, objetivo que ya hemos logrado en Perú y Colombia.
Además, estamos convencidos de que la única forma de reducir emisiones de manera efectiva y sostenida en el largo plazo es realizando el cambio hacia los combustibles alternativos o biocombustibles. Sin embargo, hoy son prohibitivamente caros y les falta mucho más desarrollo por parte de la industria petrolera.
Estamos en Colombia… ¿Cuál en tu opinión es el asunto más relevante para el desarrollo de aviación en este país?
Colombia es uno de los países con mayores cargas impositivas de la región, las que llegan al 30% en promedio del precio final que se paga en un pasaje. Es necesario reducir este costo para el pasajero, para lograr que el transporte aéreo sea un servicio accesible para todos.
La aviación comercial ha dejado de ser una industria de élite, pasando a ser un medio de transporte necesario para la conectividad de los países y de las personas. Lo que antes era la llegada del tren y luego la construcción de un puente, hoy ese rol de conectividad lo cumple la aviación y las aerolíneas hemos realizado grandes esfuerzos por
reducir nuestras tarifas. Sin embargo, las altas cargas impositivas constituyen una barrera que limita el crecimiento del sector y genera también una limitante para el desarrollo del turismo y el crecimiento económico del país.
