Un avión parte desde el Aeropuerto de Carrasco con capacidad colmada, pero ninguno de sus «pasajeros» tuvo que hacer la cola del check in. Se trata de una de las tantas aeronaves que parten con carga desde Uruguay hacia el mundo, un negocio que creció hasta 2015 y ahora se estabilizó, explicó Bruno Guella, gerente general de Terminal de Cargas Uruguay (TCU): «Esta área creció un 26% de 2004 a 2015, con un pico máximo de actividad en 2012 con más de 32.000 toneladas».
Según datos del Instituto Nacional de Logística (Inalog), el año pasado la carga aérea movió 31.408 toneladas, un 2% más en peso que el año anterior, pero 4% menos en valor hasta un total de US$ 1.330 millones. También cayó la mercadería en tránsito, un 1% medido en valor, totalizando unos US$ 1.584 millones.
A nivel del Aeropuerto de Carrasco, la carga no es el mayor negocio, pero ya representa entre un 15% y 25% del total, explicó Guella. Pero el valor no es solo monetario. «El avión resuelve necesidades de empresas, ya sea por urgencias en el envío de productos o por los propios valores de los mismos». De hecho, si bien en volumen lo que se transporta por aire representa menos de un 1% de la carga total del país, la cifra llega a un 10% al medirlo de dólares, relativizó el ejecutivo.
En concreto, el transporte aéreo se está centralizando en nichos de alto valor agregado. Electrónicos y farmacéuticos son el principal rubro de esta modalidad. Tanto es así que TCU, que posee una superficie armada de 13.500 m2 (10.000 m2 de depósito y 3.500 m2 de oficinas), tiene en construcción un nuevo depósito climatizado para productos farmacéuticos que se inaugurará a fin de año. «Serán unos 9.600 m3 adicionales de cámaras refrigeradas en distintos rangos de temperatura», apuntó Guella…
