La mayor aerolínea española de bajo coste, la catalana Vueling, se ha convertido en una máquina de distribuir dividendos a sus accionistas: IAG, con el 53,6% del capital; Iberia, aerolínea del mismo holding con el 45,8%, y accionistas minoritarios que controlan en torno al 0,5% del capital. El beneficio neto de Vueling en 2018 fue de 149,8 millones, frente a los 117 millones de 2017, en su mejor ejercicio hasta el momento, tanto desde el punto de vista económico como de tráfico. De esa cifra, la compañía repartió 140 millones (el 93%) en dos pagos, aprobados en septiembre y diciembre del año pasado, según consta en sus cuentas anuales.
El dividendo marca un récord tras crecer un 21,7%, desde los 115 millones de 2017, e Iberia recibe 64 millones, frente a los 53 millones cobrados un año antes.
Con una cuota de mercado del 38,3% en el aeropuerto barcelonés de El Prat, Vueling creció el año pasado un 10,7% en número de pasajeros, hasta los 32,7 millones, con un ingreso promedio por pasajero de 71,4 euros, un incremento del 1,3% respecto al año anterior
El mayor beneficio parte de un incremento del 12,1% en los ingresos (2.337 millones), que soportan la dotación de nuevas provisiones para el mantenimiento de la flota en arrendamiento (pasan de 394 a 502 millones) o un mayor gasto de personal, de 260 millones tras un alza del 21%…