El pasado día 29 de mayo, Iberia Express fue alertada por las autoridades de que un pasajero del vuelo IB3856 Madrid-Lanzarote, en vuelo en ese momento y en el que viajaban 135 pasajeros y 7 tripulantes, había dado positivo en COVID-19, según la Consejería de Sanidad de Castilla La Mancha.
En ese mismo instante, se avisó a la tripulación de la situación y se activaron los protocolos para garantizar la máxima protección del pasaje. Una vez aterrizado el avión, las autoridades tomaron el control de la situación y se procedió al desembarque de los pasajeros en las filas colindantes en primer lugar, después el resto del pasaje y por último al pasajero afectado.
Las autoridades sanitarias se encargaron desde ese momento de la situación y se ordenó la puesta en cuarentena obligatoria de los pasajeros que estuvieron más próximos al afectado durante el vuelo.
Una semana después, se llevó a cabo la prueba del PCR para detectar un posible contagio de COVID-19 a pasajeros cuyo resultado ha sido, en todos ellos, negativo. Mismo resultado obtenido en los test serológicos realizados a la tripulación.
Un resultado que viene a confirmar que viajar en avión sigue siendo muy seguro, aún en tiempos del coronavirus, como así ha manifestado la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) y el Centro Europeo de Control y Prevención de Enfermedades (ECDC), quienes recientemente recordaban que, a día de hoy, no hay evidencia de contagio alguno a bordo de un avión.
Las medidas de seguridad puestas en marcha, así como el protocolo emitido por ambas organizaciones hace unos días, reflejan el compromiso del sector para garantizar vuelos seguros y poder así retomar la actividad generando confianza entre usuarios y tripulaciones.
Unas recomendaciones que Iberia Express ha aplicado desde el primer momento, realizando todas las modificaciones necesarias para asegurar su cumplimiento, así como adhiriéndose al mencionado protocolo articulado por EASA y ECDC el pasado mes de mayo.
Y todo ello en un entorno, la cabina del avión, prácticamente libre de patógenos gracias a su sistema de circulación de aire dotado de filtros HEPA, cuya efectividad en la eliminación de virus y bacterias (incluido MERS y coronavirus) es del 99,99%, Esto unido al refuerzo en la limpieza e higienización diaria de los aviones, el acceso al material de protección necesario como geles, mascarillas, etc., la retirada de revistas y material a bordo, la restricción del servicio de catering y la limitación de movimientos a bordo, entre otras actuaciones, hacen que volar en avión sea muy seguro para pasajeros y tripulaciones…