Una libertad básica ha quedado en suspenso durante las largas y estrictas cuarentenas levantadas por el grueso de países occidentales: la de movimiento. Millones de personas han quedado confinadas en sus casas y en el interior de sus fronteras. Malas noticias para la industria aeronáutica. El volumen de vuelos se ha desplomado, hasta el punto de virtualmente desaparecer del espacio aéreo español.
¿Qué hacer con los aviones?
Aparcamientos. Al fin y al cabo hablamos de aparatos gigantescos, de más de 60 metros de largo, capaces de ocupar hasta 300 metros cuadrados de suelo útil. Como revela este reportaje de El Mundo, aerolíneas como Iberia o Air Europa han atestado sus espacios de aparcamiento cerca del Aeropuerto de Barajas. Centenares y centenares de aparatos relegados a un mantenimiento frecuente, sin posibilidad de vuelo.
Infraestructura. Hay múltiples aeropuertos-aparcamiento repartidos por el mundo. Uno de ellos está en Teruel, operado por Tarmac y con capacidad para almacenar hasta 115 aviones sin perspectiva de vuelo. A mediados de marzo amplió su capacidad en 25 plazas, pero con magros resultados: la respuesta ha sido magra (sólo un avión más) y la empresa ha anunciado un ERTE para el 25% de la plantilla.
Otros casos. El Aeropuerto de Teruel ha atraído a numerosas empresas internacionales. Es probable que la excepcional crisis vivida por España le haya perjudicado. Otros aparcamientos, como Pinal Country Airpark, en Arizona, el más grande del mundo, están a plena capacidad: Delta Air Lines, una de las más importantes de Estados Unidos, ya ha anunciado que estacionará allí más de 600 aparatos.
Una escena similar a la vivida en 2001, tras el 11-S, pero sin fecha de regreso. El director del aparcamiento lo expresa así: «Te sientes como un enterrador. Vamos a estar más ocupados, pero preferiría que esto no estuviera sucediendo».
Australia, Dinamarca. En Australia, Qantas y Jetstar han estacionado el grueso de su flota, unos 150 aparatos, en un descomunal aparcamiento en pleno desierto. El Aeropuerto de Copenhague ha optado por una solución similar a la de Barajas: reutilizar dos pistas de aterrizaje a modo para unos sesenta aviones más. Se lo puede permitir porque a 19 de marzo sus salidas y llegadas se habían hundido un 58%…