Una de las grandes aspiraciones de los agentes económicos de Catalunya es que el aeropuerto de Barcelona-El Prat se convierta en un ‘hub’ (ventana de conexiones) internacional. Se trata de una aspiración a la que el tiempo de la ha dado y quitado la razón, puesto que es cierto que ha crecido el número de pasajeros intercontinentales durante la última década, pero el porcentaje sigue siendo modesto, solo 17% de los viajeros corresponden a vuelos de largo radio.
Pero no deja de ser curioso que la actividad en la que la infraestructura aérea sí que ha conseguido doctorarse internacionalmente es en el transporte de mercancías. El Prat movió el pasado año 117,2 millones de kilos de mercancías, lo que supuso un crecimiento del 14% con respecto al ejercicio anterior. Pero de esa cifra, el 55% (unos 64 millones de kilos) correspondieron a vuelos de largo recorrido, es decir fuera de la UE.
Sin embargo, de los 39,7 millones de pasajeros que pasaron por el aeropuerto barcelonés, la gran mayoría procedieron de destinos nacionales o de dentro de Unión Europea (UE).
La carga aeroportuaria tiende a la concentración, de manera que son menos los aeropuertos especializados en mercancías que los que mueven pasajeros. Dentro de ese ránking Barcelona está en la zona media de la tabla, en el puesto número 26, y es el segundo aeropuerto español. Por delante está Madrid, que mueve más de 400 millones de kilos anuales, y por detrás, Zaragoza, que está especializado solo en carga.
Pero el aeropuerto de la Barcelona crece con rapidez. «Durante el primer trimestre de este año, ya hemos avanzado un 18% en volumen», explica Eduardo Cerezo, responsable de la gestión de la carga del El Prat…