Iberia Express ha operado su primer vuelo con combustible sostenible de aviación (SAF), un hito que ha sido posible gracias a Cepsa -partner estratégico de la aerolínea- como parte de su iniciativa pionera con la que suministrará SAF a todos los vuelos que operen esta semana desde el aeropuerto de Sevilla. El vuelo de Iberia Express, realizado con un A321neo, una de las aeronaves más sostenibles de Airbus para el corto y medio radio, completó la ruta Sevilla-Madrid empleando combustible conformado por un 4,5% de SAF, una cantidad superior al objetivo del 2% fijado por la UE para 2025.
La mejora de la eficiencia en el consumo que aporta la propia aeronave, unida al uso del biocombustible sostenible, ha permitido reducir en este primer vuelo con SAF la emisión de 2,3 toneladas de CO2 a la atmósfera.
Este es el primero de los más de 16 vuelos que operará la aerolínea, desde el pasado viernes y durante los próximos días, con origen Sevilla, y que utilizarán este tipo de combustible producido en el Parque Energético de Cepsa en La Rábida (Huelva) a partir de huesos de aceituna y otros residuos vegetales del sector de la oliva en España.
Esta iniciativa se suma a que el pasado mes de enero, Iberia Express y Cepsa firmaron un acuerdo con el que se comprometían a fomentar y acelerar la descarbonización a gran escala el transporte aéreo.
En palabras de Daniel Lozano, gerente de Sostenibilidad y Transformación de Iberia Express, “hoy damos un paso más en nuestro compromiso por alcanzar cero emisiones netas en 2050 y operar un mínimo de un 10% de nuestros vuelos con combustibles de origen sostenible para 2030. Desde la compañía llevamos desde nuestros inicios trabajando día a día por contribuir a una movilidad más sostenible para las personas y el planeta con una hoja de ruta basada en tres pilares: operaciones más eficientes, experiencia de viaje más sostenible e impulso de la i+D para el desarrollo de combustibles sostenibles y otras tecnologías que contribuyan a la descarbonización del sector”.
Esta iniciativa, promovida por Cepsa, es un ejemplo de la necesidad de contar con alianzas entre todos los actores del sector, así como de la colaboración público-privada, para avanzar en la transición ecológica de la aviación.