La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA, por sus siglas en inglés), junto con las compañías aéreas miembros, la Asociación de Líneas Aéreas Brasileñas (ABEAR) y la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA), sostuvieron una serie reuniones con autoridades parlamentarias de Brasil. El objetivo de la sesión era garantizar la continuidad de una estrecha colaboración entre la industria y el gobierno brasileño, allanando el camino para que el sector del transporte aéreo del país siga siendo competitivo mientras sale de la crisis del COVID-19.
El Gobierno de Brasil apoyó al sector durante la crisis de COVID-19, permitiendo a las aerolíneas mantener en gran medida la conectividad nacional e internacional. En cambio, en otras partes del mundo, las aerolíneas se vieron obligadas a reducir sus operaciones y ahora están luchando por recuperar la capacidad en un momento en que los niveles de personal son un reto en toda la cadena de valor.
Para garantizar la competitividad de Brasil a escala mundial, el gobierno y la industria deben continuar su curso de colaboración en:
- La adhesión a las mejores prácticas mundiales y la estandarización:
-Franquicia de equipaje
Según las mejores prácticas internacionales, la fijación de las franquicias de equipaje queda a la discreción comercial de las compañías aéreas, y la transparencia de los precios garantiza que los consumidores estén bien informados de sus opciones.
Los consumidores se benefician así de la flexibilidad para adaptar su decisión de compra a sus necesidades individuales de viaje.
Los mandatos gubernamentales privarían a las aerolíneas de ofrecer propuestas de valor únicas para satisfacer las necesidades individuales de los consumidores. También limitarían las posibilidades de elección de los consumidores en el mercado, ya que las compañías se verían obligadas a adaptar sus ofertas a la normativa gubernamental.
Preservar la libertad de precios apoya un sector de la aviación dinámico y competitivo en Brasil.
Establecer normas locales y no atenerse a las normas internacionales tendrá un impacto negativo en la capacidad de las aerolíneas para mantener y aumentar la conectividad.
-Impuesto ambiental
El municipio de la ciudad de Guarulhos aceleró y aprobó la legislación que impondrá un impuesto de preservación ambiental (TPA) a todas las aerolíneas que operen en el aeropuerto internacional de la ciudad (el mayor del país que sirve a la ciudad de Sao Paulo) a partir del 1 de enero de 2023. El TPA total se calculará sobre el peso del avión antes del despegue. IATA y otras asociaciones del sector han expresado su preocupación por el impuesto propuesto. Se está estudiando la posibilidad de emprender acciones legales contra el Ayuntamiento de Guarulhos, ya que la medida contraviene la ley federal por la que se regulan las emisiones relacionadas con la aviación en Brasil.
- Combustible:
-El precio del combustible de aviación es una gran amenaza para la recuperación de la industria y tiene un impacto negativo en el potencial de conectividad aérea en este momento crítico.
-El combustible representa una parte sustancial de los costes de explotación de las compañías aéreas, sobre los que tienen poco o ningún control.
-Brasil produce alrededor del 90% del combustible de aviación necesario para abastecer el mercado, pero lo cotiza como si fuera todo importado. Además, el combustible para vuelos domésticos tiene un impuesto al valor agregado muy alto, lo que aumenta aún más los costos operativos de las aerolíneas. Por lo tanto, este costo se infla artificialmente, lo que convierte a Brasil en uno de los mercados con el combustible de aviación más caro del mundo.
-El Gobierno de Brasil debe seguir explorando todas las opciones para reducir el precio del combustible para aviones.
Abordar estas dos áreas críticas es importante para mantener y aumentar la conectividad de Brasil, tanto a nivel nacional como internacional, y ofrecer más opciones a los viajeros. El país ya es el mayor mercado de la aviación de América Latina. Antes de la pandemia, el sector del transporte aéreo mantenía 1,1 millones de puestos de trabajo y aportaba unos 27.500 millones de dólares al PIB de la nación. En los próximos 20 años, Brasil tiene un enorme potencial y está llamado a ser uno de los mercados de más rápido crecimiento a nivel mundial, junto con países como Indonesia e India. En 2019, con una población de más de 211 millones de habitantes, en Brasil se realizaron algo más de 95 millones de viajes en avión, lo que equivale a unos viajes per cápita de apenas 0,45. Por el contrario, el mercado comparativamente más pequeño de Chile tuvo un viaje per cápita de 1,23, con mercados como el de Estados Unidos alcanzando 2,60 o España con 4,45. Para hacer realidad este crecimiento potencial, el Gobierno debe considerar la aviación como un medio de transporte público.
Si Brasil se centra en su competitividad reduciendo los costes y asegurando que sus políticas reguladoras cumplen las normas internacionales, la conectividad subirá y se ofrecerán más opciones a sus viajeros.
Hemos visto desarrollos similares en Colombia y Perú, donde nuevas aerolíneas han entrado en el mercado incluso durante la pandemia, ya que los respectivos gobiernos trabajaron con la industria para ajustar sus políticas y hacer el transporte aéreo más competitivo.