GOBIERNOS

El cierre del Reino Unido y Alemania retrasa al verano la recuperación del turismo

El balance de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) en 2020 muestra una fotografía de la economía española con el turismo como claro perdedor. Mientras que la industria o la construcción ya reiniciaron antes del verano su actividad con mayor o menor velocidad, incorporando paulatinamente trabajadores al mercado laboral, las actividades ligadas al turismo (bares, restaurantes, hoteles, agencias de viajes o actividades de ocio o entretenimiento) apenas lo han podido hacer ya que se han visto especialmente perjudicadas por la tormenta perfecta del coronavirus.

Al cierre de todos los negocios (entre ellos toda la planta hotelera) desde mediados de marzo se unieron posteriormente las restricciones a la movilidad entre autonomías o las cuarentenas impuestas por los grandes mercados emisores como el Reino Unido o Alemania desde que se levantó el estado de alarma el pasado 21 de junio. Tras la última temporada alta vino la segunda ola del coronavirus en Europa, con rebrotes y restricciones en todos los países, y ahora se está gestando a toda velocidad la tercera.

Al cierre de 2020 había en España 755.613 trabajadores con el empleo suspendido, de los que 440.803 (un 58%) correspondían a actividades turísticas, según el balance del Ministerio de Trabajo y Economía Social. Un porcentaje que duplica al registrado a finales de abril (un 28%). Este crecimiento exponencial se ha producido ya que si bien la cifra de trabajadores del turismo cuyo empleo fue suspendido (929.855) era mucho mayor en esa fecha, también lo era la población ocupada sometida a ERTE (3,3 millones de trabajadores). La ganancia de peso del turismo dentro de los ERTE refleja que la recuperación del empleo ha sido más intensa en el resto de sectores productivos.

Confinamientos

Y la perspectiva de futuro no es nada halagüeña, lo que invita a pensar que ese porcentaje seguirá creciendo de forma exponencial en los próximos meses. La tercera ola del coronavirus está cogiendo fuerza y ya ha provocado el cierre de los tres grandes mercados emisores de turistas extranjeros. Reino Unido ha establecido un cierre total de la actividad no esencial hasta el 1 de febrero (comercios, restaurantes, bares, pubs, cines, teatros y museos permanecerán cerrados) y estará limitada la movilidad. Alemania ha fijado confinamientos en aquellos municipios que superen los 200 contagios por cada 100.000 habitantes, cuyos habitantes no podrán desplazarse a más de 15 km de distancia.

Por su parte, Francia ha alargado sus restricciones, por lo que continuará bajo un toque de queda a partir de las 20.00 horas hasta finales de enero. Hasta esa fecha también quedarán cerrados cines, teatros o museos, mientras que los bares y restaurantes tendrán que esperar más. A ello se unen las numerosas restricciones de movilidad de las 17 comunidades autónomas que se activarán a partir del lunes.

La suma de todos esos factores llevará a un retraso hasta verano en la recuperación de los flujos turísticos, según los empresarios, y un incremento de la presión sobre las empresas sin actividad. Fuentes de esas compañías consultadas por CincoDías apuntan a que una primera consecuencia puede ser el despido de los trabajadores que están incluidos en ERTE que no son de fuerza mayor y que, por lo tanto, no cuentan con una cláusula de salvaguarda que les garantiza el empleo seis meses después de haber salido del expediente. En total hay 14.000 empleados en esta situación, de los que 5.592 trabajan en bares y restaurantes, 3.742 en agencias de viajes y 2.038 en hoteles…

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