INDUSTRIA AERONÁUTICA

4 factores que pueden inhibir el ‘despegue’ del Aeropuerto de Toluca

Tras el anuncio de la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), la rehabilitación de los puertos aéreos de Toluca y de la Ciudad de México (AICM) para que operen de forma simultánea con dos pistas en la base militar de Santa Lucía, se ha convertido en el proyecto a desarrollar por el gobierno que encabezará Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

Mientras se definen las características y el tiempo que se llevará la construcción de las obras en Santa Lucía, el presidente electo ha perfilado al aeropuerto mexiquense como la alternativa para resolver los problemas de saturación del AICM en un periodo de tres años.

Sin embargo, expertos advirtieron que el llamado Aeropuerto Adolfo López Mateos tendría problemas como alternativa de solución de largo plazo debido a su escasa conexión internacional, el sobrecosto de operación que implicará para las aerolíneas, su distancia con el AICM y Santa Lucía, así como el desinterés de los pasajeros capitalinos por viajar hacia y desde ese lugar.

Desinterés por su utilización
A pesar de que el aeropuerto de Toluca tiene capacidad para recibir un máximo de 8 millones de pasajeros, en los primeros nueve meses de este año atendió poco menos de 600 mil, lo que significó una caída de 84 por ciento con respecto a los 3.1 millones de viajeros que movilizó en igual lapso de 2008.

El futuro titular de la SCT, Javier Jiménez Espriú, ha manifestado que con una inversión de 2 mil millones de pesos el puerto aéreo de la capital mexiquense podrá aumentar en 25 por ciento su capacidad para recibir hasta 10 millones de pasajeros.

Sin embargo, Rogelio Rodríguez, exdirector de asuntos jurídicos de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), aseveró que la inversión anunciada en Toluca no es necesaria. “No se necesita dinero, se necesitan pasajeros y las aerolíneas no quieren volver a Toluca porque no hay una masa crítica (o mercado) como lo existe en el AICM”, aseguró.

El factor distancia
Uno de los problemas que enfrentará el puerto aéreo Adolfo López Mateos es la distancia que tiene con el AICM. Según declaraciones del próximo CEO de Grupo Aeroportuario Mexicano, Gerardo Ferrando Bravo, la separación entre ambas instalaciones es de 60 kilómetros, 20 más de los que hay entre Santa Lucía y el aeropuerto de la CDMX.

“Nadie va a querer conectar en un aeropuerto que esté a una distancia mayor, además, esto supondría un costo mayor para las familias o los viajeros que vengan al país. El Tren México-Toluca ayudaría a la conectividad, pero habría que ver si se construye un ramal para llegar al aeropuerto (de Toluca)”, comentó el exdirectivo de ASA.

En promedio, desde la CDMX una persona puede demorar hasta una hora y media en llegar al aeropuerto de Toluca, a lo que se suma el hecho de que los pasajeros necesitan estar dos horas antes para su viaje, si su vuelo es doméstico, y por lo menos tres si su ruta es internacional.

“El problema principal del aeropuerto de Toluca es el tiempo de traslado (desde y hacia la CDMX)”, dijo Carlos Hermosillo, director de Análisis de Actinver Casa de Bolsa.

Descartado como ‘hub’
Aún con la rehabilitación del aeropuerto de Toluca –que permitiría ampliar su capacidad de 8 a 10 millones de viajeros al año–, difícilmente se convertirá en un centro de conexión internacional, como se ha prometido tras el anuncio de cancelación de Texcoco, aseveró Luis Felipe de Oliveira, CEO de la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA).

“Aeropuertos que están en distintas partes, como Toluca y AICM, no son conectables, no se pueden hacer conexiones internacionales”, aseguró. “Desgraciadamente (Toluca) no es una opción, algunas aerolíneas incluso instalaron sus bases de vuelo allí, pero se fueron a otro aeropuerto (AICM) porque allí podían realizar conexiones hacia otros países”, agregó en entrevista.

Ven más costos de operación
La operación simultánea de Toluca y el AICM traería un alza en los costos operacionales de las aerolíneas, pero además le ‘pegaría’ a los bolsillos de los viajeros, consideró Hermosillo.

“De entrada añade complejidad en la planeación de pares origen-destino y exige una base de costos más elevada; mismo personal en más ubicaciones, para empezar”, refirió…

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