INDUSTRIA AERONÁUTICA

Un grupo de empresarios ultima un plan para construir un segundo aeropuerto en Madrid

Varios empresarios agrupados en la compañía Air City Madrid Sur ultiman un proyecto para desarrollar un segundo gran aeropuerto comercial en Madrid. La instalación será una ampliación del aeródromo de Casarrubios del Monte (Toledo), a unos 30 kilómetros al suroeste de la capital y estaría orientado a aerolíneas low cost. Los impulsores se encuentran en una fase avanzada de la tramitación administrativa en Madrid y Castilla-La Mancha —estaría a caballo entre ambas— para una infraestructura que, tras una inversión inicial de 148 millones de euros, echaría a andar en 2023 y que prevé en 10 años operar 55.000 vuelos anuales con siete millones de pasajeros.

Que Madrid cuente con un segundo aeropuerto no es un proyecto nuevo. Los Gobiernos de Esperanza Aguirre e Ignacio González ya proyectaron uno en El Álamo, a apenas dos kilómetros del de Casarrubios, que habría obligado al cierre de este último. Pero el proyecto, en la órbita del fracasado Eurovegas, decayó junto a los casinos. Así, el aeródromo de Casarrubios, abierto en 1992, siguió funcionando y actualmente están instaladas allí 50 empresas con 300 empleados y más de 300 aeronaves realizan allí unos 70.000 despegues y aterrizajes anuales. Son vuelos de formación, recreativos, fotográficos…

“El proyecto nace sobre una realidad”, resume Javier Ruedas, consejero delegado de Air City Madrid Sur, es decir, “sobre un aeródromo que ya existe y ya tiene un espacio aéreo concesionado”, que habría que ampliar. De hecho, asegura, “ya teníamos un plan director para la ampliación en 2009, que se paralizó con el proyecto de El Álamo”.

Esta vez, afirma Ruedas, es diferente. El proyecto está en un estadio de tramitación avanzada en Madrid y Castilla-La Mancha. Fuentes de la Comunidad de Madrid confirman que se ha verificado que los promotores cuentan con la capacidad económica y técnica para acometer el proyecto, que necesitará, no obstante, superar un estudio ambiental. Según los promotores la perspectiva de obtener las respectivas autorizaciones es favorable. En paralelo, se está tramitando en el Ministerio de Fomento un estudio de compatibilidad aérea, un análisis de la afección del aeródromo sobre otros. De nuevo, optimismo: “Es el único emplazamiento disponible en la Comunidad de Madrid”, explica Ruedas, por su distancia con Barajas.

Inversión en fases
Para hacer realidad su proyecto, que se ubicaría al norte del actual aeródromo, con un 70% de la superficie en Madrid (Navalcarnero y El Álamo) y un 30% en Toledo (Casarrubios), los promotores contemplan una inversión inicial de 148 millones de euros, para la que aseguran contar con fondos propios y otras vías de financiación. Es lo que costaría, dicen, adquirir los terrenos colindantes al aeródromo actual, sobre los cuales poseen ya acuerdos preliminares; construir una nueva pista de 3,2 kilómetros, ampliar la existente, levantar una torre de control, una terminal de 15.000 metros cuadrados, hangares, instalaciones de mantenimiento y dos accesos desde la A-5 y la R-5. “El Estado no pone un euro”, aseguran, recordando que la instalación ya tiene permiso de espacio aéreo.

Según las previsiones del equipo impulsor, las obras comenzarían en 2020 y el primer año de actividad, 2023, cerraría con 300.000 pasajeros de aviación comercial. En 10 años, se habrán multiplicado por más de 20, hasta 6,8 millones, con más de 50.000 operaciones al año, a lo que se sumarían la actividad ejecutiva (jets privados), la de carga y la general (vuelos de formación o recreativos).

Mientras, en sucesivas fases, se irían añadiendo nuevos espacios y servicios: industrias o instalaciones logísticas, que acudirían atraídas por la infraestructura, hoteles, oficinas, servicios de mantenimiento, escuelas de formación (prevén hasta 10.000 metros de aulas y centros de simulación)… “Ni un metro del terreno se usará para especular o para otro uso que no sea relacionado con el aeropuerto”, asegura Ruedas. En total, el complejo atraería, según los promotores, alrededor de 1.800 millones de euros en 25 años. Calculan que solo el aeropuerto generaría 5.600 empleos directos y 13.300 indirectos en 2033, además de otros 32.000 del complejo industrial a su término…

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