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Momentos de decisión, columna de Rosario Avilés

A mitad del camino de la actual administración se abre un espacio crucial para tomar una decisión que perfile el rumbo que la aviación deberá tomar este último tramo del sexenio y, si existe suficiente visión de Estado, los siguientes 10 ó 20 años.

Por una parte, al cumplirse los 5 años de que Mexicana de Aviación dejó de volar se nos informa que la marca Mexicana, así como todas las que acompañaron este concepto y se fueron creando y prestigiando a lo largo de 90 años, han quedado en manos del gobierno federal después de un litigio iniciado por un grupo de ex funcionarios de la Primera Línea Aérea de Latinoamérica.

Buena noticia, pues al hacer el anuncio de que el litigio quedó zanjado, también se dijo que estas marcas pasarán a formar parte del inventario que se venderá para liquidar a los acreedores, entre quienes se encuentran en primerísimo lugar los trabajadores de la aerolínea. Ojalá que ese proceso se lleve a cabo pronto, con transparencia y, sobre todo, precedido por acciones concretas de justicia y rendición de cuentas de lo sucedido con esta empresa. Este paso, así cumplido, puede ayudar en mucho a sanar heridas y a dar certidumbre de que el sector aéreo mexicano retoma con claridad nuevos rumbos.

Una segunda cuestión es la ceremonia donde se puso la primera piedra del centro de adiestramiento para pilotos con la instalación de un simulador de vuelos de la familia Airbus 320 que comenzará a funcionar en febrero, el proyecto contará con una inversión total de 62.2 millones de dólares, de los cuales 24 millones corresponden a los simuladores de vuelo que aportará Airbus.

Este simulador será parte del complejo de capacitación del Centro Internacional de Instrucción de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (CIIASA), Roberto Kobeh González, que ahora lidera Claudio Arellano y cuya instalación representa un importante logro de Alfonso Sarabia de la Garza, director de ASA.

Este centro de adiestramiento está llamado a ser el mejor de América Latina si, como se planea, se integran en él los planes de estudio ya existentes, sumados a la capacitación de controladores y el Centro de Adiestramiento de Aviación Civil (CIAAC) para darle un nuevo impulso a esta actividad. Sería bueno también que se integren otros simuladores para equipos de armadoras como Boeing y otras empresas, pues esto le daría mayor relevancia al centro y permitiría universalizarlo.

Por cierto que entre los ex trabajadores de Mexicana hay algunos excelentes instructores de A-320 a quienes podría llamarse para aprovechar su experiencia que hoy o se encuentra desaprovechada o la están aprovechando centros de otras latitudes para aerolíneas árabes o asiáticas.

Un tercer tema de gran importancia es el que tiene que ver con la versión final del Convenio Bilateral de Aviación que será enviado al Senado de la República para su aprobación. Esta es una oportunidad única para que, con auténtica visión de Estado, se haga una consulta entre los diversos sectores que tienen que ver con la aviación, gobierno, trabajadores, empresas y técnicos profesionales de la industria con objeto de perfilar una polí­tica de largo plazo que cuente con el consenso de todos.

La mejor polí­tica no es la que la que no se dice, sino precisamente la que todos pueden compartir de una manera explí­cita y donde todos tengan algo que ganar para que el gran ganador sea el país. Requerimos una polí­tica que vaya más allá de la coyuntura y por encima de intereses de corto plazo. Ya tenemos un plan para un nuevo aeropuerto, sería necesario que a éste lo acompañe otro para la aviación en su conjunto. Las generaciones futuras nos lo agradecerán.

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