Cruzar la frontera para comprar se había hecho costumbre. En auto, micro o avión, millones de familias aprovechaban vacaciones o fines de semana para ir a Chile o a Paraguay en busca de ropa, calzado, electrónicos y otros productos a precios 30, 50 o hasta 70% más baratos. La práctica había tenido su mayor auge el año pasado. Pero en los últimos meses, abruptamente, la relación cambiaria mutó. Y el "turismo de shopping" quedó casi olvidado.
En el primer cuatrimestre, según cifras oficiales trasandinas, Chile recibió 312.300 turistas argentinos menos que en 2017: una baja del 19%. Y de enero a marzo gastaron con tarjeta 30% menos, según la Cámara de Comercio y Servicios de Chile.
De marzo a mayo, además, los cruces en auto desde Mendoza se redujeron entre 6% y 10% interanual. Y Pablo Narváez, delegado de Migraciones en Mendoza, prevé que en vacaciones de invierno, "por la demanda proyectada", no creen que necesiten sumar casillas de atención en el paso Cristo Redentor.
Es que el atractivo de comprar al otro lado de la Cordillera venía mermando y eso se agudizó con la última devaluación, que dejó a Chile, para los argentinos, un 25% más caro que en el verano. Ahora 1.000 pesos chilenos equivalen a $ 40 argentinos, al cambio oficial…